lunes, 10 de mayo de 2010

Mi confrontación con la docencia

Mi profesión: Licenciado en Educación media con especialidad en Ciencias Naturales; surge cuando termino la Preparatoria y llega el momento de elegir carrera. En virtud de mis condiciones socioeconómicas sólo tuve como única opción estudiar la Licenciatura citada en la antes Escuela Normal no. 22 del Estado de México localizada en el municipio al que pertenecía mi localidad. En esta casa de estudios curse los dos primeros años del tronco común y los dos últimos años –los de la especialidad- los curse en la Escuela Normal Superior No. 3 del Estado de México de la cuál egresé en julio de 1989, donde obtuve el título de Licenciado en Educación Media 5 meses después de haber concluido los estudios oficiales. Inicio mis labores como profesor 21 horas clase de Ciencias Naturales el 1 de septiembre de 1989 en la Escuela Secundaria Oficial No. 92 turno vespertino de la localidad de San Felipe del Progreso, Estado de México. En enero de 1990 me invitan a trabajar como profesor horas clase de Física y Química en la Escuela Preparatoria Anexa a la Normal de San Felipe del Progreso y desde entonces he sido profesor de las mismas asignaturas, además de que en algunos ciclos escolares he impartido las asignaturas de Biología, Psicología, Fundamentos de la Cognición, Lógica, Métodos y Técnicas de Investigación y Estadística.
Si bien mi vocación no estaba enfocada a ser profesor, las circunstancias económicas y geográficas me llevaron a serlo. Quiero mencionar que le tomé “gusto” a esto de la enseñanza en los dos últimos años de mi formación recibí la instrucción por parte de ingenieros químicos, biólogos, médicos, ingenieros civiles y profesores con especialidad en Ciencias Naturales de ahí que mi formación prácticamente fue universitaria y esto me motivó para seguir los pasos de mis formadores. Es partir de este hecho que me siento orgulloso de ser profesor y día a día he puesto en mi labor docente lo mejor de mis saberes para conducir a los bachilleres a tener esa formación propedéutica que necesitan para acceder a los estudios de licenciatura, a dotarlos de los elementos teórico-prácticos suficientes para desempeñarse eficientemente en sus estudios de nivel superior y “competir” con los otros alumnos provenientes de otras instituciones de nivel medio superior.
He experimentado un sinnúmero de satisfacciones como profesor ya que desde que cursé la licenciatura obtuve el mejor promedio académico de la generación y como reconocimiento me asignaron una plaza de base en la localidad dónde yo lo solicité. En lo laboral tengo la satisfacción de haber formado a generaciones que ahora son profesionistas e incluso algunos de ellos ahora son mis compañeros de trabajo.
Considero que ser profesor es una tarea con grandes alcances ya que no tengo la certeza de hasta dónde llegará nuestra influencia en los alumnos y en cambio sí estoy seguro que perdurará en la posteridad y en las generaciones que vayamos contribuyendo con su formación. Por otro lado, qué satisfacción más grande puede tener un maestro que ser el cimiento de la formación de aquellos individuos que en algún momento curarán enfermos, construirán edificios o monumentos, conducirán los destinos de un pueblo, estado o país o motivarán a individuos que habrán constituirse como personas, profesionistas o individuos libres.
El único motivo de insatisfacción lo encuentro en lo que el sistema ha hecho con la normatividad relativa a la evaluación de los procesos ya que en los últimos años y con la última reforma considero se ha abaratado este proceso retomando que ahora la mínima calificación que hay que otorgarle a un alumno es 5 (haya trabajado o no lo haya hecho) y que los periodos de evaluación ahora son dos. Estos hechos han contribuido a que los alumnos de preparatoria disminuyan el ritmo de trabajo y los haga menos comprometidos.

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